Mis dias*

Y te das cuenta que la vida pasa, que las nítidas olas se llevan todo, se llevan todas aquellas risas que sacaste, se llevan sonrisas, que pasan a ser sonrisas perdidas. Y tú en cambio, permaneces ahí observando cómo pasa la vida. No nos damos cuenta, esperamos a que la vida nos sorprenda, que tengamos un golpe de suerte, y no es eso, sino la vida consta de pequeñas reglas que las cumples al ritmo de tu corazón. Has de vivir siempre, no dejar que nada ni nadie te intente cambiar, que alguien saque lo mejor de ti. Y ahí apareces tú, justamente ahí, a la vez tan lejos, y a la vez tan cerca. Tú me has enseñado, a correr tras esas olas, a no dejar correr mis sonrisas, a no dejar de luchar nunca. Me has enseñado algo muy valioso, que los sueños nunca desaparecen, solo se van si los abandonamos. No sé qué me pasa, sólo sé, que cuando estoy contigo, el mundo se para, los segundos dejan de correr, estamos tu y yo solo, nadie más, solos, dándonos lo mejor del uno al otro, sonriendo y a la vez tan felices. No desearía dejar de estar contigo, porque el reloj empezaría a volver a contar, y eso supone dejar de mirar esos ojitos que me vuelven loca, esa sonrisa pícara que te hace reír, esa mirada que provoca una sonrisa. Por la noche, ¿sabes qué hago? Miro el cielo. Miro la luna, miro las estrellas. A veces me dedico a dar a cada estrella una razón por la que te quiero tanto. Me faltan estrellas. Por muchos baches que haya en la vida, siempre me das la mano, me levantas, y si no puedo, siempre te acuestas a mi lado, susurrándome lo bonita que es la vida si la vives, si la amas, si la disfrutas, sin lágrimas, sin sonrisas fingidas. Hay veces que nos queremos relevar contra el mundo, que nos enfrentamos contra lo peor, sólo por querer ser valientes, sólo por querer quitar toda esa rabia. Y ahí, vuelves a aparecer tú, me abrazas y me dices que no vale la pena malgastar el tiempo de estas maneras, y entonces, no sé por qué, te sigo y olvido el motivo. Dime si es normal, esto que me pasa. Dime que esa sensación que tengo al saber que estoy cerca de ti, es normal. Sé que no puedo volar, pero hay alguien que me hace sentir que lo puedo hacer, y ese alguien eres tú. Tú, que sin ser lo que buscaba terminaste siendo lo que necesitaba. No te cambiaría por nada en el mundo, pero cambiaría al mundo entero por ti. Eres esa razón, por la que me levanto cada mañana feliz, con ganas de vivir otro día más, otro duro día, pero a tu lado, un día que se me pasa volando. Gracias por pintar todo de color, por ese arcoíris que aparece siempre detrás de una tormenta, por provocar risas, sonrisas, momentos únicos, grandes días, JUNTOS. -Ahogar mis miedos, para inundarme de ti. Tequiero. <3. GRACIAS.